sábado, 17 de marzo de 2012

Tormenta costera

Sentado sobre una roca costera
abrí mis sentidos
entre olores y frescura,
entre algas y salpicaduras.
Esperaba.
A mi lado la playa solitaria,
aguardaba , como yo,
la tormenta.
Y los dos tuvimos suerte.
Era casi el ocaso
y la oscura nube venía
cabalgando  veloz
desde el horizonte,
llena de energía;
como un fantasma vertiginoso.
Envolvió, inmensa,
la costa,la arena ,las rocas
y la rambla toda,
y se las tragó.
Yo recibí su embate
con un helado grito.
Mojó mi cuerpo y me sacudió.
Me desligó de temores
y  perdonó mi inmovilidad
y otros errores.
Me abrazó en una potente ráfaga,
que temí mortal,
y me soltó, empapado y alerta,
con cada resuello,
con arena en los ojos
y un olor alquitranado y marino
en mis cabellos enmarañados.
También me dejó 
un ligero temblor en las manos,
que apagaría más tarde.
una taza de café humeante,
y un ensueño lento y salado,
felizmente inolvidable.


                         Jorge

1 comentario:

  1. Un amigo, publicó una foto, que trajo a mi memoria el recuerdo de mi infancia costera....y alguna " bella" tormenta.

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