viernes, 28 de junio de 2013

Los Tres Sellos ( el derecho místico)




Los Tres Sellos (el derecho místico)



Llegamos al profundo trance,
Desde el concepto abstracto,
Que nos hace humanos.
Las Palabras.
Pronunciadas de forma aleatoria,
Sin particulares recursos.
Llegan antiguos recuerdos.
Místicos momentos ancestrales,
Que perduran
 Entre los humos de difusos
Vórtices de la especie.
Viejas entidades
Amadas, temidas, admiradas.
Veneradas deidades vivientes.
Antiguos ancianos, pródigos de sabiduría,
Atesorada por la memoria colectiva.
Que parece olvidada…
Protegidas por tres sellos.
Restos de una sociedad perdida.
Hijos de los elementos.
Sin acopio de riquezas.
Comunidades extraviadas
En los laberintos del tiempo.
Hoy, por redimirnos,
Deberemos quebrar los tres sellos.
Cuando abramos el primero,
Viviremos el mundo sin fronteras.
Con el segundo recobraremos
La conciencia tribal, protectora.
Sin miseria. Sin acopio de riquezas.
Cuando  ceda el tercer sello…
Se apagarán los fuegos de la guerra.
Compartiremos el conocimiento.
Nos despojaremos  de la niebla
De nuestra amarga resaca
De odios, desconfianza.
De nuestros Infiernos
de malditas bajezas.

                                    Jorge



jueves, 27 de junio de 2013

Canción del Sudeste




Canción del Sudeste



Luz de la mañana.
Tranco corto de un potro
Sin herrar.
Vuelo sereno del carancho
 Al remontar,
Torbellinos ardientes
Sobre el arenal.
El arroyo corre lerdo
 Rumbo al mar.
Piedra gris, arena y piquillín.
Silbido dulce de la lechuza.
Escondida entre la tierra y el pastizal.
El guanaco viejo y cimarrón,
Corteja su manada bajo el sol.
Es en el campo de vientos,
Pasto amargo, sobre el peñón.
Ya lo está oteando.
Ya se asoma al barranco,
Sin temor.
Hay un olor salado,
Fresco y mineral,
Donde el desierto
Copula con el mar.


                      Jorge

miércoles, 26 de junio de 2013

Desde Abajo



A la amada gente pequeña


Desde Abajo


 Vuelvo al período de mi vida
En que todo adquiría,
El carácter de Enorme.
El punto de vista de un niño pequeño,
Que mira el mundo,
Casi hostil de los adultos
…Desde abajo.
Hoy lo ensayo acostado
En la alfombra de la sala,
Mientras reclamas, con airado gesto,
Que mi sweater nuevo
Se ensucia.
Antes, inocente gnomo
De inescrutables sueños infantiles,
Frente a las bestias.
El vecino de enfrente…
Un feroz hipopótamo.
La almacenera, una jirafa.
Mi padre un gran elefante
Que venía por mí
Los viernes.
Fin de semana En La India…
Lunes a jueves, con mi madre.
Búfala amorosa y exigente,
Con el pequeño ternero.
Fuerte cornamenta,
Y resoplidos graves
Desde lo alto.
Hoy, mi adorada mujer,
Se enoja de a ratos
Por mi conducta pueril
Luego se tiende junto a mí,
Nos abrazamos, y reímos,
Y nos amamos allí mismo.
El punto es, que lo gigantesco
Forma parte de mi mundo.
De mi vida y mi pasión
De enano.


                          Jorge

martes, 25 de junio de 2013

La Tormenta Admonitoria



La Tormenta Admonitoria


El cielo, celeste agrisado
Se cubrió de un aún más ominoso
Color pardo,
Cuando los densos, colosos nubarrones,
Presagios pesados y oscuros,
De tormenta y furia elemental,
Casi podían tocarse,
Desde azoteas y balcones.
La base del monstruoso cúmulo
Giraba.
Los oídos se tapaban.
Los caballos exaltados golpeaban
El suelo con sus cascos.
Los perros aullaban
Con el pelo de sus lomos, encrespado.
El tiempo pareció detenerse.
El ruido, las voces, las bocinas,
Cesaron.
Los peatones detuvieron su marcha.
Fue un momento incalculable,
Fuera de toda medida.
El monstruo se iluminó
En explosiones y relámpagos.
El aire olía a tierra y carga eléctrica.
Los cabellos se erizaron.
Las ventanas estallaron.
Soplaron los vientos con furia, ululando.
Los árboles añosos caían,
Los techos volaron.
La muerte golpeó primero
A aquellos más expuestos.
Los masivos derrumbes se cargaron,
Con la vida de aquellos
Protegidos en sus casas,
Que entre crujidos, se iban destrozando,
Y al fin caían cediendo
A la furia desencadenada
De la tormenta de tormentas.
Gritaban los cielos, vociferaban su poder.
Lo demostraban, lo ejecutaban
Lo encendían, clamaban.
Luego azotó el granizo.
En los campos peló las cortezas
De las cepas centenarias.
Desguazó automóviles,
Destrozó cráneos, quebró huesos.

Cuando el poder desatado
Comenzó a calmarse.
Un paisaje de apocalipsis,
Quedó a su paso.
Advertencia. Admonición
De venideros caos,
Del planeta, repeliendo
A las bestias que lo saquearon.
Poderes absolutos…sagrados,
De los elementos universales, desatados.
Los cósmicos dioses verdaderos.
Sin conjuros, sin dogmas, ni rituales.
El balance existencial. Cierto.
Sin necias guerras,
Sin poderes de bolsillo.
Sin Hiroshima vergonzante
Ni diabólicos imperios.
Sin la nimiedad de la destructiva
Violencia humana.
Sin respuesta a vanos ruegos.
Sin ceremonias…
Ni venganzas.


                                  Jorge.

domingo, 23 de junio de 2013

La Mudanza



La Mudanza


Cuando todo lo nuestro,
Estaba ya, embalado en cajas
Y anodinos canastos.
Nuestras ropas,
¡Cuantas!
Acumuladas por años.
Tu vestido largo, tu tapado.
Mis torcidos mocasines
De andar las calles.
Mis botas de goma con barro
Gris y seco, aferrado
Al dibujo de las suelas.
Cuando vaciaron el viejo
Cristalero de mis padres,
Y se fueron los platos
De porcelana dibujada,
Y el juego de copas
De cristal de Bohemia,
Herencia de tu abuela.
Cuando desarmaron la cama
De dos plazas…
En la que nos habíamos amado.
En la que hace años dormía solo,
Con tu recuerdo en una foto,
Una apatía extraña
Pugnó por abatir la nostalgia.
Se marcharon, escalera abajo,
La mesa de roble,
Y las sillas gastadas, heridas,
También ellas, por los años.
Fueron a dar al camión
Los libros apilados sin orden
En cajas de corrugado cartón ajado.
Y atados con un vasto cordel
De áspero cáñamo,
Que los hería y denostaba.
Todo transcurrió en un acelerado tiempo,
Confuso y ajeno,
En el mareo de un vórtice borroneado.
En un mudo y seco llanto,
En un silencio a gritos.
Mis temblorosas manos, por fin,
Tomaron mi eterno cuaderno,
Y allí vomité mis versos de despedida,
A la casa, a mi viejo mundo callado.
Esa mañana partiría,
Sin mucho equipaje…
A vivir entre mis “semejantes”.
Cuidado, medicado y limpio.
Libre de meadas incontinentes,
Libre de visitas molestas.
Con todo el tiempo que me reste,
Para escribir mis poemas.


                              Jorge

sábado, 22 de junio de 2013

Un Cuento Para Uriel



A mi nieto

Un cuento para Uriel



Acomódate la almohada.
Te contaré una historia,
A la luz de tu bonito velador.
¿Ves?
Nada acecha bajo la cama.
Ten confianza.
Ninguna cosa toma forma
Entre la ropa apilada.
La puerta del placar está cerrada.
Quiero que prestes mucha atención,
Pues lo haré en voz muy, muy baja.
No queremos despertar a nadie.
Ya todos descansan.
Es una historia vieja…
Ocurrió en esta casa
Cuando aun no era nuestra.
Un abuelo relataba a su nieto,
Pequeño como tú,
Historias fantásticas.
Cuando éste se dormía,
Siempre quedaban truncas.
El hombre terminaba sus relatos,
Solo, ya acostado,
En voz alta,
Con la luz apagada.
Una noche despertó
Casi de madrugada.
Se sorprendió al ver a su nieto,
Parado frente a su cama.
Vengo por el final,
Le dijo en un susurro.
No alcanzo a oírte bien,
Desde mi habitación,
En la cama.
El niño se acostó
Abrazado a su abuelo,
Que, con voz entrecortada,
Relató para él,
El final del cuento.


                    Jorge.

viernes, 21 de junio de 2013

La Ofrenda



   La ofrenda





La noche cubría mi paseo
Con  un manto húmedo
De neblina pestilente.
El Riachuelo discurría
Cerca, muy cerca, lento,
Oscuro, aceitoso y moribundo,
Y su olor sulfuroso y pútrido,
Era una extraña advertencia
De la agonía y muerte
Del antiguo río herido.
Los vapores se elevaban
Poco a poco
De la superficie del cauce negro.
Ese era la visión
Que acompañaba,
Mi nocturna caminata
Por la Avenida de la Ribera.
Las casuchas apiñadas
En la vereda de enfrente
Me recordaban calladas
Donde sitiaron a mi gente.
Allí, donde los cercaban
La miseria y las pestes,
Allí donde fueron arrojados.
El ghetto de los marginados
Por el infame y multitudinario
Club de los ciegos selectivos:
Ciegos a la pobreza,
Ciegos al infierno,
Que forjaron en la fragua
Del acopio desmedido
¿De riquezas? ¿De dinero?
Volviendo a mi paseo…
Terminó a su tiempo.
Envuelto en la oscura noche,
De cara al cielo,
Entre fétidos vapores.
Sin mi cartera,
Entregado a mis más íntimos sueños.
Donando mi ofrenda
De tibia sangre,
A las tristes aguas del Riachuelo.

                             Jorge

jueves, 20 de junio de 2013

El Hacedor ( Fuegos Astrales)



Dedicado a la gente de la unidad de cuidados
intensivos del Hospital de Niños de La Plata


El Hacedor (Fuegos Astrales)



Cada madrugada sales
A encender el fuego cósmico
Del nuevo día.
Y te asombras al ver la paleta,
De rojos, azules, amarillos…violetas,
Que anuncian la llegada
De cada porción de la tierra,
En su perpetuo girar,
A su encuentro con el sol.
Tu esclavitud es tarea
De placeres arcanos.
Y aún te conmueve.
Ni siquiera sabes tu nombre.
No sabes quién o que eres.
La secuencia de tu labor
Se repite eternamente.
Te reencuentras,
Soplando fuerte,
Sobre el lejano horizonte.
Replegándote en ti mismo
Hasta ya no ser.
Eterno mito, ignorado por todos.
Sin huellas del pasado.
Sin escritos que te nombren.
Sin que te aludan
 Las más antiguas tradiciones.
Nadie te conoce, nadie te intuye.

En un hospital perdido,
Entre respiradores, gasas.
Médicos, enfermeras, camilleros.
Soñolientos héroes,
Bajo inexorables tubos fluorescentes.
Allí se desarrolla la pasión.
Un niño pequeño,
Que duerme-muere su profundo coma,
Sueña contigo.
Solo existes en él: Tu hacedor,
Que nunca podrá delatarte.

                               Jorge.


miércoles, 19 de junio de 2013

A Cielo Abierto



A Cielo Abierto


Desde la montaña
Veíamos volar las gaviotas.
En una mañana soleada
Y calurosa.
Las rapaces describían círculos
En las límpidas alturas,
Buscando divisar las ratas,
Gordas y oscuras,
Que allí abundaban.
Una jornada de duro trabajo,
Nos esperaba.
Otro día al aire libre.
Buscadores de tesoros.
Buscavidas…
Eso somos.
Quizá hoy, la suerte
Esté de nuestro lado.
Hoy…me tengo fe.
Somos un equipo,
Con mi amigo El Pelao.
Munidos de palas,
Guantes de lona,
Y una determinación
Inquebrantable.
Palear y buscar.
Siempre adelante.
Palear y buscar.
(Quizá poder juntar algo
Para comprar unas botas
Para El Pelao)
Palear….Buscar.
 En esta labor
Acecha la infección
En cada paso,
En cada palada,
En cada hallazgo
Una alegría
                     Hay.
Una maldición.
También hay.
Una visión infernal e imposible
Que, a veces,
Se hace fortuna posible.
Y hoy…Hoy me tengo fe.
Las interminables montañas
De desperdicios a cielo abierto,
Nos darán alguna sorpresa.
Quizá un viejo artefacto
Descartado por la abundancia.
Tal vez un poco de cobre,
O alguna otra esperanza
De este destino reacio.
Alguna ropa descartada.
Algún pequeño, tesoro vacuo,
Para olvidar tanta peste,
Tanto olvido.
Tanto agravio.


                            Jorge.

martes, 18 de junio de 2013

Reina de diamantes-Dos de Tréboles


A Miki


Se encontraron en un bar añejo,
en un barrio del sur de la ciudad.
Un lugar de mesas de madera oscura,
y mostrador de estaño abollado.
Un sitio evocador de sueños,
con olor a antiguas bohemias.
Con color a brumosos tangos
y socarronas milongas.
Era una de esas tardes de domingo,
apropiada para la nostalgia:
Nublada,silenciosa y quieta.
Uno de esos  momentos
en que la depresión suele
salir a cazar sus presas,
entre espíritus sensibles,
y descascarados.

Ella llegó primero y ya bebía su café.
El entró y se dirigió
a la única mesa ocupada del vetusto bar.
La saludó con una sonrisa.
Era una cita ...a ciegas,
pactada entre dos proyectos
de esperanzados suicidas.
Mentirosas zancadillas
de almas solitarias.
La charla fue de vanalidades,
y claros deseos de agradarse.
Hasta que él le hizo una pregunta,
mientras mojaba en el té 
una galleta de chocolate.
Ella palideció.
Sus pintados labios se apretaron.
Súbitamente se levantó.
Tomó su cartera de cuero rojo,
y salió del local,
sin que él atinara a detenerla...
Siquiera por indagarla por su huida.
Se quedó pensando
en la inocente pregunta que le hizo:
¿ Cual es tu color preferido?
Así,la tarde se siguió consumiendo.

Encontraron muerta 
una mujer pelirroja,
flotando en el hediondo 
y oscuro Riachuelo.
Blusa y vestido rojos.
Colorado su único zapato.
Sus manos,en puños cerradas.
Carmín brillante sus uñas
Clavadas en sus palmas,
como rojas garras.

                              Jorge

sábado, 15 de junio de 2013

Razones


A David Sorbille. Poeta
Generoso ser Humano

Razones



Por que brotan las palabras
De la ignota fuente cantarina,
Si la visión frente a mis ojos
Destila miseria, hambre, carencias?
Porque nacido en pueblo pobre,
Me afano en las rimas
En las metáforas y alegorías?
Si nada es tan rotundo
Como el dolor de las tripas
De mis hermanos…
Sufrientes, en el lado oculto
De las cadenas de noticias.
Porqué teñir la miseria de razones
Vacuas, rebuscadas,
Si la pobreza es el fruto
Del exceso de bienes
Que atesoran los seres
Sin conciencia social,
De pertenencia.
Los verdaderos monstruos.
Aquellos que no reconocen
A los suyos.
Esos que no advierten que el hambre
Y el suplicio,
Son capaces de tomar sus vidas
Por asalto.
Yo soy uno entre todos.
Yo soy porque ellos son.
Mi existencia y la del personaje
Inmisericorde y agazapado,
Dependen de mis semejantes.
Pues nada puede coexistir
Con el oprobio y la hueca muerte,
Con el dolor y la conciencia
De que alguien sufre
Mientras otro ríe.
Tengo una herida,
Que mantengo abierta.
Que rezuma un pus
Que se derrama en la tierra.
Que alienta mi camino,
Escabroso, de poeta.


                          Jorge

viernes, 14 de junio de 2013

Silencio


A Ce Ortiz


La muerte no encontró
un resquisio donde desplegar
su poder indiscutible.
No podría condimentar de dolor
sus acciones.
Nadie lloraría al saberla llegar.
Nadie pediría por su vida.
El silencio era opresivo
y llenaba el aire,
denso y caluroso,
con una calidad de enfermizo,
con un poder aun más grande,
universal y pasmoso.
La ausencia era completa.
La soledad cubría la tierra.
En un abrazo total y despojado.
Ni una brisa,ni un ruido lejano,
ni una cigarra solitaria.
Ni el graznido de un ave oscura
El silencio 
es un arma recién disparada.

                                    Jorge

Una Broma Para El Palabrista



Una Broma para El Palabrista


El hombre del bastón,
Llegó a la plaza,
Como lo hacía a diario.
Se dirigió a su banco preferido,
Que estaba ocupado
 Por una bandada de gorriones,
Que alzaron su vuelo
Al verlo acercarse.
Miró el bello banco
De vieja madera
Curada por los elementos.
Estaba cubierto de guano.
Los gorriones entonaban
Un bullicioso barullo cacofónico,
Desde el árbol más cercano.
Sonriendo, el hombre
Escribió en el borde
De su doblado periódico:
 “ Ay! Los dueños de la plaza
Y sus bromas pesadas”

                                Jorge


Invierno Patagónico



Invierno Patagónico


Los vidrios dobles
De las ventanas
Transpiran el encierro,
Fatigados por la estufa de leña,
Vieja salamandra de hierro,
Que arde en medio de la sala.
La estancia solo está iluminada
Por un tímido farol de mecha,
Y por el incandescente rojo
De las brasas ardientes.
Afuera, la noche invernal,
Canta su tonada lastimera.
El viento susurra en los postigos
Un largo y profundo ulular.
Hoy no hay luna.
No hay estrellas.
La oscuridad es de terciopelo
Negro y opaco.
El invierno, en su apogeo,
Reúne su rebaño
Tiritante y blanco.
Se pasea por el pequeño pueblo,
Y por el valle cerrado,
Preparando una mañana
De nieve blanda,
Para los niños abrigados,
Que jugarán alegres, exitados;
Con los rostros sonrosados
Y narices coloradas.
Ellos son sus camaradas.
Festeja su llegada faltando a clases.
Entre risas y batallas,
Entre copos y bufandas.


                                  Jorge.

jueves, 13 de junio de 2013

Una Hoja Para Miguel


A Miguel Rubio Artiaga

Una Hoja Para Miguel


                  1
El maldito papel en blanco
Me mantiene hipnotizado,
Cuál es su naturaleza,
Que exige de mí
Un sacrificio de ideas.
Aberrante caso de vampirismo.
Extraño.
Mamando de mi herida.
Sorbiendo mi espíritu
Sobreexigido, de poeta.

                  2

Recuerdo vagamente
El poema de la lluvia.
Aquel que nunca publiqué
Ni releí…
Pues el brutal aguacero
Caía sobre mí,
Que me debatía en cubrir,
Bajo mi espalda encorvada,
El inerte, lánguido papel
Recién escrito.
No pude con la lluvia.
El agua empapó la hoja
Y desdibujó las letras.
Quedó, al fin, tirado
En un camino del parque;
Se, en un charco
De agua fresca,
Que fue tiñéndose
Con la tinta.
Sangre de mi alma.


                            Jorge.

domingo, 9 de junio de 2013

El Entrevero



El  Entrevero


Te abrazaré.
Voy a apretarte junto a mí
Hasta que tus senos
Se fusionen a mi pecho.
Responderás…
Atenazando mi cuerpo
A tu sexo.
Tus piernas como un candado,
Imposible de abrir.
Aprisionaré mi cuerpo
Contra tu piel,
Hasta que seas parte
De esta revolución
De carne y vísceras.
Parte de una comunión
De flagrante perversidad
Deseada y bella.
La unión total.
Voy a mezclar tus fluidos
Como cóctel místico,
Que beberé, con ahínco,
De tu propio manantial.
Dibujaré un brillante,
Húmedo, espiral de saliva
Con mi lengua,
En una de tus mejillas.
Y firmaré mi voto de unión
En una orgásmica explosión,
Que cubrirá el misterioso universo
Del estratégico lunar
De tu otra mejilla.
Nos encontrará la mañana,
Como un indescifrable amasijo
De partes unidas
Sin aparente sentido.
Atados por invisibles lazos
Ajenos a este mundo
De amor estipulado,
Preconcebido.
Unidos los cuerpos.
Unidos los sexos,
En un ser único.
Un nuevo mito
Hecho de intensos
Amores prohibidos.


                         Jorge

sábado, 8 de junio de 2013

Falsos Ciegos


Por renegar de mi temor 
de los cuadros de pobreza,
hambre,abandono.
Por no clausurar emociones,
apuré mi corazón,
abierto a la verdad.
Siempre se llega a entender
un poco tarde,  la miseria
y sus oscuras propuestas
 de muerte y dolor.
Cuando salí de la anestesia
que cubría mi razón
con su halo impío de confort,
viví el desvelo de la impotencia:
Inconsciente mentira que idiotiza
la contundente fuerza del amor.
Las víctimas de mi falsa ceguera,
 mirada vuelta ...distraida,
duermen su frío en estaciones,
plazas, galerías,entradas
de casas y comercios.
Sueñan en un vacío gris
 que devora ilusiones,
esperanzas,
Comen su hambre en las bolsas 
de deshechos onerosos.
Basuras y alimentos
mezclados por la desidia
De la sobrada riqueza
de la que no somos dueños.
Préstamo de la sociedad
a los hijos del despilfarro.
Premio a sus clientes;
...a sus esclavos más fieles.
Algo ,sin embargo
está cambiando.
Con cada filantrópica migaja
de dinero,que doy,
a nuestros descastados hermanos
pretendo  comprar perdón.
Pero siento,día a día
que mi alma se desarma
de este oficio de ajeno
repartidor de dádivas.
Temen,los psicóticos
amos del poder.
Pueden sentir,
que levantaremos nuestra voz
como un arma,
y encontraremos nuestro coro
de millones de clamores.
Temblarán los demonios,
desnudos y apaleados.
Cuando se corra la voz,
en  atronadores susurros.
La era está cambiando
Se juega un enroque
entre  amos y  hombres llanos,
unidos por la conciencia nueva.
Capaces de la nobleza
de unirse  desde el amor,
desde la paz iluminados,
frescos,renovados.
Humanos libres.
Apasionados.

                          Jorge

jueves, 6 de junio de 2013

Solsticio de Invierno





Solsticio de invierno


Solitaria flor de sal.
Gota de vino,
Que bebes distraído,
Cae y la disuelve.
Se unen y transforman;
Lágrima rubí de sangre
Sobre el tosco hule del mantel.
En el solsticio de tus días,
Festejas inmerso
En tu universo comprimido,
La fiesta del códice develado.
Donde las palabras son
Herméticos símbolos
De tu voluntarioso deseo,
De salir del laberinto,
Que es tu casa.
En el cénit de  tu mareado
Delirio místico,
Cuando el vino: Sangre, abrigo,
Pase de tus labios a tu alma,
Festejarás escribiendo rimas,
Desnudo.
Con tus huesos helados
Y tu espíritu afiebrado.
Las ventanas sin cortinas;
La puerta abierta,
Y una brisa tibia,
Serán la tentación que necesitas
Para no traicionar tus designios.

Se esperan para hoy
Cielo algo nublado,
Vientos del sudoeste rotando…
Probabilidad de nieblas matinales.


                                       Jorge

miércoles, 5 de junio de 2013

Campo de Resurrección



Veo un reflejo
que ciega la mirada.
Que blanquea la visión torturada
del bastión de antiguas guerras.
Viejo campo de batalla
donde duermen los espantos
de ajenas muertes olvidadas.
Presos del anonimato
de los batallones del pasado
que sembraron su sangre
en los campos,
hoy verdes de cosechas nuevas.
La vieja sangre
fructificó en la tierra,
y la seca muerte abandonó
ese páramo soleado.
Brotaron nuevas hojas
sobre el pasto arrasado.
Los restos insepultos
presa de los elementos
hallaron al fin descanso,
retornando en vida.
En promesa  resurrecta
de fresco verdor.
Del humilde primor
de la flor amarilla.
Vieja tumba de héroes vanos,
el presente no recuerda
la pasión descarnada,
que dio empuje a sus deseos
de victoria y sangre;
de ayes y lamentos.
La madre tierra,
amorosa en sus secretos,
hace que regresen en frutos
los cadáveres abandonados.
Y hoy son espigas,
verdeos y arbustos,
que crecen agradecidos
con sus raíces,y sus tallos,
alimentados por la vieja 
suerte adversa
de quienes partieron matando,
y muriendo ...sin sentido
Sin un eco.
Sin un destino
latiente y tibio.

                              Jorge

martes, 4 de junio de 2013

El Reino



La gallina ciega
y el astuto zorro.
El elefante memorioso.
El perro fiel.
El gato misterioso.
La paloma de la libertad.
Los periquitos enamorados.
El lobo y su manada.
El patito...feo.
Las vacas tontas.
Los caballos del viento.
Los canarios presos
de cadena perpetua.
La sangre del Miura
sorbida por la arena.
El cerdo y su chiquero.
El jabalí y su revolcadero.
Las hormigas y su labor.
La mariposa y su color.
El león y su harem.
El tigre y su mirada.
El pez contra la corriente.
El hombre y su canción,
sus dudas, su temor.
Su misterio,su memoria.
Su anhelo de libertad.
Su odio,su piedad.
Sus deseos presos.
Su sangre en los campos.
Su trabajo,su ceguera...
La certeza de su visión.
Sus traiciones.
Y su amor.

                           Jorge

Tu Antiguo Imperio



Tu antiguo Imperio


Coronas  de olivo.
Parábola de señales augustas.
Signos de poder absoluto.

Coronas  de olivo.
Mirada de afilados cuchillos.
Gangrena de los sumidos.

Idiotas encumbrados
Que repiten la historia,
Según se pasan la antorcha.

Oscuros Armani
Limusinas de ciegos vidrios.
Todo el espejo y la clausura.
Modernas coronas de olivo.

Discursos altruistas.
Autoritarias mentiras
De los dueños del destino.

Son la vida o la muerte.
La guerra o la paz.
El hambre o el pan.

Aguardan por coronarte,
Hijo de los pueblos,
Con corona de espinos

Coronarte  de sangre,
De suplicio.
Asegurarse el final
Del posible arquetipo
De la pasión y la paz.

Tiranos compulsivos.
Cambian al ritmo creciente
Del abismo, que abren
 A su paso marcial.

Dioses de dos caras.
Máscaras de dominio.
Portan consigo la ignominia,
De la vieja Roma fatal,
Que calma su hambre
Con oro, con sangre.

Antigua madre.
Filicida política.
Despiadada y serial.

                   Jorge


lunes, 3 de junio de 2013

Los Inmortales



“Quien muere antes de morir,
 No morirá jamás”
                               Silo

Los inmortales


En la última de las muertes,
Todo se vuelve
Baldío y triste.
Todo se parece
Peligrosamente a la nada.
Pero el vacío no es real,
Es solo una suposición.
La nada es una leyenda,
Como la muerte final, es un mito,
Creado por la pasión abyecta
Por la eternidad.

Cuando transcurra un tiempo
En verdad, prudencial,
Una generación…Y aún más,
La realidad del momento urgente
Será historia escrita
Relatada sin la pasión del presente.
Cuando el tiempo se mida en decenios,
En siglos, en milenios, en eras,
Ya muchas de las antiguas verdades,
Serán leyendas locales.
Si su tenor
Es de profunda universalidad…
Entonces serán mitos.
Serán eternos.


                      Jorge

La Princesa y La Memoria



La princesa y La memoria



Resplandecías en la noche.
Oscura esquina…
Como el espectro holográfico
De una diosa.
Crucé la calle, alejándome,
Escapando de mi timidez adolecente.
Tú reías; Yo corría.
La semana pasó
Entre fiebres y deseos.
Entre húmedos, escabrosos, sueños.
Anhelos de desconocidas caricias.
De soñados besos.
Llegó el viernes, demorado.
Lerdo.
Latí con la noche, y salí a buscarte.
A buscarme.
Me detuve al encontrarte.
Tu sonrisa roja en mis ojos.
Tomándome de la mano
Dirigiste ese tramo de destino
Hasta un hotelito descalfado.
Esa noche me embriagué
Del sueño púber
De una desnuda mujer.
Navegué en tibios mares.
Besé tus senos turgentes,
Y tu pubis rasurado.
Corrí la más ardiente de las suertes.
Viví un trance de explosión,
El vacío, y una muerte dentro tuyo,
Suave y dulce abandono.
Te dejé en la esquina oscura
Del delirio y los encuentros,
Con el regalo de los pocos pesos,
Ahorrados entres pajas y sueños,
De mi virilidad aniñada.
Un largo tramo de vida ha pasado,
Desde que soñé con el amor,
Viviendo el goce del sexo
Y aunque nunca supe tu nombre,
Aun me estremece tu imagen,
Y el deseo consumado.
Aun retorna tu figura,
Embellecida por los años.


                             Jorge