Una Broma para El Palabrista
El hombre del bastón,
Llegó a la plaza,
Como lo hacía a diario.
Se dirigió a su banco preferido,
Que estaba ocupado
Por una bandada de
gorriones,
Que alzaron su vuelo
Al verlo acercarse.
Miró el bello banco
De vieja madera
Curada por los elementos.
Estaba cubierto de guano.
Los gorriones entonaban
Un bullicioso barullo cacofónico,
Desde el árbol más cercano.
Sonriendo, el hombre
Escribió en el borde
De su doblado periódico:
“ Ay! Los dueños de
la plaza
Y sus bromas pesadas”
Jorge
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