lunes, 3 de junio de 2013

La Princesa y La Memoria



La princesa y La memoria



Resplandecías en la noche.
Oscura esquina…
Como el espectro holográfico
De una diosa.
Crucé la calle, alejándome,
Escapando de mi timidez adolecente.
Tú reías; Yo corría.
La semana pasó
Entre fiebres y deseos.
Entre húmedos, escabrosos, sueños.
Anhelos de desconocidas caricias.
De soñados besos.
Llegó el viernes, demorado.
Lerdo.
Latí con la noche, y salí a buscarte.
A buscarme.
Me detuve al encontrarte.
Tu sonrisa roja en mis ojos.
Tomándome de la mano
Dirigiste ese tramo de destino
Hasta un hotelito descalfado.
Esa noche me embriagué
Del sueño púber
De una desnuda mujer.
Navegué en tibios mares.
Besé tus senos turgentes,
Y tu pubis rasurado.
Corrí la más ardiente de las suertes.
Viví un trance de explosión,
El vacío, y una muerte dentro tuyo,
Suave y dulce abandono.
Te dejé en la esquina oscura
Del delirio y los encuentros,
Con el regalo de los pocos pesos,
Ahorrados entres pajas y sueños,
De mi virilidad aniñada.
Un largo tramo de vida ha pasado,
Desde que soñé con el amor,
Viviendo el goce del sexo
Y aunque nunca supe tu nombre,
Aun me estremece tu imagen,
Y el deseo consumado.
Aun retorna tu figura,
Embellecida por los años.


                             Jorge

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