sábado, 26 de mayo de 2012

Pausa húmeda

La llovizna suave y densa
cambia de dirección
una y otra vez
hamacada por la brisa
confusa de la ciudad.
Las pequeñas gotas frías
todo lo cubren,
con una pátina brillante y gélida.
Garúa;
y todo el entorno urbano
respira lenta y profundamente
el aire húmedo y limpio,
filtrado a través 
de la perezosa cortina perlada.
El ritmo caótico y acelerado
se niega a ceder algún tiempo
ante el espectáculo sensorial
que el cielo ha montado.
La tierra, oculta y apelmazada
bajo el asfalto y el hormigón
se manifiesta entregando vida
en parques y plazas.
Regando los estoicos árboles
que-tenaces-
alzan hojas y ramas,
ante la bendición recibida.
La tenue lluvia,
casi una neblina,
se arremolina y danza
anárquica y cautivadora.
Los zapatos se mojan.
Las baldosas juegan ,
una vez más,
su mala broma.
Los paraguas se apretujan
en las avenidas cargadas;
mientras en Palermo
el bosque y el lago callan
y reciben su ración de agua,
que calma y alimenta,
purifica y exalta
la vida y el alma.


                     Jorge

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