lunes, 11 de junio de 2012

El lugar

Hay un sitio escondido
en un sótano olvidado,
entre cajas, polvo y trastos
polvorientos y oxidados.
Se respira una rancia humedad
que huele a ropa vieja 
y moho.
Una empinada escalera
y una lámpara apagada.
Hay pasado dormido
en revistas apiladas
con tapas de sonrisas congeladas.
Libros de texto
habitando cajones,
que nunca soñaron 
albergar otra cosa 
que frutas manzanas.


En el obvio hueco triangular
bajo los escalones de madera
descansa , reseca, una manguera
como serpiente enrollada,
hibernando a tiempo completo,
colgada de un clavo;
dos cubiertas de automóvil,
una escoba y una lata.


Sobre un taburete de tres patas,
en una esquina 
de paredes descaladas,
un objeto aguarda 
la luz de una mirada.
Lleva vidas esperando,
siglos, eras,
tiempo no medidos
sino por eternidades.
Si la vieras lo sabrías,
y, al saberlo sentirías
el temor de lo imposible;
comprender el universo
solo por un momento,
que luego tu memoria borraría.


Un sótano 
de la vieja calle Garay.
Cuenta la porteña leyenda
que allí se encuentra
el extraño objeto, una esfera:
El lugar que contiene
todos los lugares.
Tan real
como a soñarlo te atrevas.


                        Jorge

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