Invisible ( pequeño relato)

Recuerdo el día en que mi padre comenzó a volverse transparente.
 Al regresar de mi jornada de trabajo lo encontré,como siempre, con sus manos sobre el bastón de madera rústica, en esa pose borgiana que lo acompaña desde que comenzó a usarlo,tras su caída y posterior reemplazo de fémur,hace ya algunos años.
 Me quité los anteojos para limpiarlos , en un gesto pensativo y de dudas, pues me pareció que algo estaba....digamos.. fuera de foco.
 Saludé al viejo con un beso, y casi me sorprendí al sentir su mejilla contra mis labios.
 Al retirarme un poco y tomar alguna distancia de su figura, noté el cambio.
 Algunas partes de su cuerpo lucían... traslúcidas. Casi podía verse atravez de ellas.
 Su torso,sus brazos y sus piernas, parecían estar desvanecién-
dose.
 Fue la primera impresión.
 A partir de ese día fue volviéndose ostensible el progreso de tan extraño fenómeno, que aún hoy sigue evolucionando.
 Desde luego, evité todo comentario al respecto, por no divulgar posibles nuevos síntomas de mi locura.
 A veces se lo ve más " opaco". Tiene días en los que la transparencia parecería remitir.Pero en otros lo encuentro casi etéreo. Una figura fantasmal que me sonríe con los anteojos en la punta de su nariz.
 Dejé de proponerme funestas explicaciones ante lo que, a todas luces, parece una alucinación. Se que no es así.
 Mi padre está difuminándose de nuestro habitual plano de realidad. Y lo hace con paciencia,con amor. Como si desease acostumbrarnos lentamente a su desaparición.
 Hoy, escribo estas palabras, mientras lo veo jugar con su bisnieto. Su figura luce bien concreta...masiza. Pero sé ,que en un rato, me mirará con sus ojos grises, y yo tendré una imagen desleida del respaldo de su silla.
 Se bien que para él, desaparecer no es una acción consiente;
que desvanecerse es un premio que le está otorgando la vida, a uno de sus más devotos creyentes.
 Solo puedo ser un testigo mudo del milagro.
 Espero que el lector comprenda que yo solo escribo ficciones, y lo hago visceralmente.
 Para todos ustedes: La locura, la utopía y la extravagante experiencia de compartir mis votos de silencio y de alegría.

                                                                                   Jorge