lunes, 4 de agosto de 2014

Buda (Un Estado del Alma)





Buda (Un Estado del Alma)



Un Dios sin nombre
habita lo profundo
de tu vieja gloria.
El amor alienta los pasos.
Caminos crujientes
de conchilla y arena.
Tu desnudez
es entrega anhelada
por senderos que ofrecen
tentadores paisajes;
dulces manzanas
y olvidos sinuosos.
La deidad reclama
pasión y coraje.
Donde convergen los caminos
espera la flor de azafrán.
Tu caricia
y el beso liberador.
Para la carne cansada…
El fuego.
Para el eterno viajero,
la reencarnación.


                           Jorge.

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