jueves, 19 de enero de 2012

Siete Nudos (de tango)

Un día de éstos voy a detenerme
a observar el paisaje cotidiano;
el que me tocó en suerte
o acaso elegí.
Ya no recuerdo cual fue el momento
ni el caso.

Miraré hacia arriba
y buscaré las cúpulas
de los viejos edificios,
últimos resabios
de los arquitectos del arte.
Cuando se coronaban esos techos
con estilizados domos escamados,
que parecían reclamar el cielo,
hoy tan escaso.

Uno de estos días
voy a escuchar a Buenos Aires
en la soledad de algún primero de año,
o una mañana de domingo temprano.
Voy a escucharla en la frescura del río,
en las aglomeraciones del centro,
los viernes de Mayo;
en las sirenas nocturnas
de trenes lejanos.
Prestaré atención al canto
del coro urbano;
anárquica y confusa cacofonía
de sonidos mezclados.

Uno de éstos días
voy a subirme al último subte,
y viajaré atento al cadencioso traqueteo
a diario ignorado.


Un día, seguro será un tango
que hablará de la bohemia opaca
de desahucios portuarios.
Entonces juntaré una linyera
con todos los reclamos,
y la cerraré con siete nudos
Para poder amar sin reparos,
a las calles y la gente,
anónimos ... ignorados.


Porque un día de estos,
no me haré más zancadillas;
dejaré de ser fiel 
a mis propias traiciones y desplantes
para vivir mi porteña existencia
con más pasión y más detalle.
  
                                Jorge

No hay comentarios:

Publicar un comentario