lunes, 24 de marzo de 2014

Inmortalidades Porteñas





Inmortalidades Porteñas


                                                 A Jorge Luís Borges.
                                                       Maestro.





Un día y un siglo
me separaron de esta costa.
Cielos con fragmentos
de grises salvajes.
Toda la turbulencia
de las aguas tormentosas.
Comencé, lentamente,
a volverme inmortal…
en el sentido biológico.
Parecía, por momentos,
una excursión
a una vida alternativa.
Recuerdo que fue
en la inútil espera,
de un adelantado otoño
que yo no vería.
La maldición del eterno presente,
es el karma del inmortal.
La vida en el filo artero…
equilibrio y trastabillo
en el borde del precipicio
de las barrancas.
A un instante
del salto final.
Vuelo fantasmal
de las almas viajeras.
Pasajeras en tránsito
de la eternidad.
Un día,
y todos los días de la historia,
me atraparon en su red.
Retenido en un instante…
entre eras,
y otras inimaginables eternidades.


                               Jorge

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