Mensajeros
La lanza hiende el aire,
con un silbido,
en busca de la muerte.
Esclavitud del destino,
triste suerte de la madera
y el hierro.
Anónimas manos
buscando
anónimos blancos.
Sangre sobre sangre.
Guerra sobre guerra.
Pasan los milenios.
El olor acre
de ignotos cadáveres …
queda.
Las lanzas siguen
llevando con ellas la muerte.
Convertidas ahora en misiles.
Triste su antiguo vuelo.
Amarga suerte
de cruel mensajero
a través de los tiempos.
El sol despunta
tiñendo el éter
de rojos ,amarillos, violetas…
La cósmica secuencia
de días…de eras,
pone en jaque a la guerra.
Repele a la muerte,
para quienes viven
su efímera existencia,
como inmortales.
Como celosos guardianes
de la eternidad.
Jorge
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