lunes, 14 de abril de 2014

Barrio solo





Barrio solo



En las calles sin nombre
los hijos del tiempo
son sombras sin horas.
Las vidrieras ignoradas
parecen curvarse
sobre baldosas castigadas.
En el cuadrante de la plaza,
las hojas caídas
duermen su sueño
de soledades vespertinas.
Los postigos abiertos
y el vaho tibio
del ruinoso comedor,
alientan fatigas de alcohol,
y guisos dudosos
que calman ansiosos deseos.
Ecos de últimos pasos
reverberan en el empedrado,
mojado y oscuro,
Entre los sucios intersticios
las hierbas insisten en lo suyo.

Por hoy el mundo acabó.
Entre el macadán y las veredas
de ese universo.


                            Jorge

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