miércoles, 2 de abril de 2014

La fragua del viento





La Fragua del Viento



El aire candente
se abate sobre el caserío
como aliento de fuego
de una deidad impía.
Las calles empinadas
callan soledades.
La siesta es de encierro.
Entre las esparcidas piedras
de las cercanas ruinas,
el soplo de muerte
reseca la momia
de un perro sin suerte.
Sus labios contraídos
mostrando los dientes
en una extraña sonrisa tensa.
Burlona puesta estática…
Escena detenida
en el árido teatro
del silencio y la sequía.
Sin plateas ni taquilla.
El sonda sopla
calladas amenazas
con fuego sin llamas,
entre las casas,
los valles y los montes.
Hasta los viejos cardones
con sus brazos en alto…
Desde donde el pájaro azul
jadea su canto.

                        Jorge

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