lunes, 12 de noviembre de 2012

Sueño Premonitorio



Suponer una secreta
forma del tiempo.
Vislumbrar líneas curvas
que se repiten,
es inferir que nos hallamos
en un laberinto circular.
Marchamos
buscando una salida inexistente,
en la recelosa claridad del amanecer.
Un espiral de espejos
en el que llegamos 
al centro mismo;
un muro y una adusta puerta.
Con estoicismo
la abrimos y trasponemos,
para encontrarnos
en otro laberíntico espiral
en sentido opuesto.
Afiebrados y balbucientes,
lo recorremos
con ademanes traidores.
Sabiendo ya,
que solo saldremos de la trampa,
muertos.
Liberados del temor,
por la transmigración de las almas,
y por un gato que guía,
los últimos pasos
hacia otro día.

                            Jorge

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