jueves, 9 de agosto de 2012

Ausencia


Tu huida
fue el disparo lejano
de un fusil oculto.
La herida,
una sorpresa
ígnea sensación
paralizante.
Agonía que se cuela
en los laberintos
del amor perdido.
Escapaste
de una pasión
que consumía libertades,
que cuestionaba
y remedaba
apercibimientos.
Ni llanto
ni ruegos.
El amor, simplemente
se marchó contigo
tomó el sendero del recuerdo,
que todo lo modifica.
Así, te iras haciendo más bella,
más fría,
mas sensual,
más esquiva;
hasta que trasmutes
en un pequeño ídolo tallado,
sobre la repisa de la estufa,
entre trofeos y fotos
de otras ausencias.
Ese día
haré otra vez mi truco,
escribiré un poema
que te aleje
un poco más,
alta nube
íntimo puñal
que hiende la memoria.

                     Jorge

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