martes, 21 de agosto de 2012

En Guardia




Hoy volvieron a matarme.
Salía a la mañana
con mis sueños,
mi ropa y mi apuro
y segaron los días por venir.

Mientras iba de paseo,
lejos de aquella muerte,
caí, sin vida,
y volví
sobre mis pasos inseguros
camino de la estación,
donde, esperando
el rápido de las seis,
volvieron a matar,y
tras hurgar en mis bolsillos,
acribillaron
mi cuerpo exánime.

Hoy, también a ti 
te ultimaron;
y a tus vecinos
y a tus hijos
y a tus padres,
y con su sangre 
pintaron sus labios.
Luego recrearon
cada pequeña pieza
de su máquina ritual.

Hoy volvieron a matarme,
y plantaron el sarmiento
de la vid del sacrificio
estéril y caníbal
del odio impertérrito
y monstruoso.
Sembraron el miedo
que alimenta
el oprobio
de su mísera existencia.

Hoy regresó la bestia
resoplando horror a su paso
de tormenta oscura,
que huele
a sangre espesa
que se escurre 
entre la flojas baldosas
desparejas
que cubren la vereda,
el barrio,
y mi alma segada
por la locura tuerta.

Hoy volvieron a matarme,
a matarte,
a matarnos,
a matar.

                    Jorge 

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