viernes, 10 de agosto de 2012

Mieles de la siesta


La brisa leve
es portadora fugaz
del perfume
de las manzanillas
que cubren los jardines
de la rambla costanera.
Dulzura candorosa
que se eleva
entre el calor húmedo
de Enero.
Camino descalzo
por la blandura aromática
que arroba mis sentidos.
Pequeñas maravillas
verdes, blancas
y amarillas
comparten secretos
del enjambre
activo, sumbante,
que apura el néctar más dulce
que será exquisito manjar
por prohibido, deseado.
Ya me tiendo de espaldas,
cierro mis ojos,
abro mis placeres
al sopor de la siesta.
reparo mis temores,
alejo mi aflicción;
olvido dolores
por elevar suspiros
en oníricos,
sutiles
paraísos de abandono.

                     Jorge

(Dedicado a la Rambla Montevideana)

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