Juan Carlos Winter está muerto

Encontré a Juan

a la sombra del añoso árbol,

que señoreaba el centro del patio,

con su fresca fronda

y sus grandes frutos.

Paltas bellas y carnosas.

Parecía ensimismado,

sentado en el banco de madera,

colocado extrañamente

en un equívoco lugar;

pues yació por muchos años

arrumbado en el galpón.

Entre el asombro y el temor

me acerqué a su lado…

paso a paso.

Juan llevaba muerto

algo más de un año.

Espectro gris…

Su triste aspecto

venció mi terror abyecto.

Pudo más nuestra larga amistad

que el horror de los gusanos

que medraban el fantasmal cuerpo,

haciendo de él su almuerzo.

Me senté a su lado, y me miró

desde oscuros ojos lejanos.

Sentí su lacerante soledad.

Perdido y confuso,

no podía discernir su condición.

Ninguna luz lo guió.

Quise pasar por sus hombros

un abrazo fraterno,

y solo había allí un vacío helado.

El viento racheado desprendió

de lo alto, una negra palta,

que se aplastó en el lugar

que Juan ocupaba.

Otra vino a caer sobre mi cabeza.

El golpe me aturdió.

Volví a la casa con un fuerte dolor,

y convencido que, mi amigo le dio alcance

a su verdadera  circunstancia…

Allí, al fin, muerto.

Aquí…Solo vivo en el recuerdo.

                                         Jorge.