sábado, 4 de enero de 2014

Lucha Suburbana




 Lucha Suburbana




Los hombres resecos
resisten callados
en los arrabales perdidos.
La ciudad se ha comido
con mordiscos de miseria,
la vieja paz suburbana.
Las mujeres esgrimen
sus fecundos vientres.
Fuertes, ante la artera ceguera,
llevan en sus cuerpos
la revolución y la promesa.
En sus rostros
la libertad espera.
El veneno destila gases
que inhalan las momias
asomadas a las puertas,
sentadas afuera.
Los niños dorados
ríen sin culpas.
Cuando llegue la noche
las fieras sin nombre
medrarán por las calles de tierra.
Dentro de las casas
se encierran los sobrevivientes,
afiebrados creyentes
en los frutos de su propia resistencia.
El mal deambula
por las noches, sin disfraz.
De día se refugia
en aquellos seres tristes
ablandados por las dudas
de futuro y de paz.


                                Jorge

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