miércoles, 13 de noviembre de 2013

Revolución



                              A Roberto Arlt


Los siete caballos pastan
atados al costado de las vías.
En la ciudad se disimula la prohibición
de la tracción a sangre.
Primero la pobreza humana,
el sustento diario,
luego, el derecho de los animales.
Son siete.
Y aprovechan su invisible presencia
para confabular.
Están locos...los siete caballos.
Locos como yo, que les creo.
Confabulan.
Creen fervientemente que,
para solucionar el flagelo
de la sociedad humana,
esa del consumo idiota...
la de la pobreza instalada.
La sociedad que esclaviza a los suyos;
y a los caballos del carro cartonero,
se debe partir de cero.
Confabulan.
Organizan la revolución final;
la destrucción de este enredo
de amos y ganado.
Son siete caballos carreros...
locos,enfermos, y mal alimentados.
Confabulan en silencio.
Son siete.Solo siete.
Son los primeros.

                                   Jorge

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