viernes, 11 de enero de 2013
El secreto de los volcanes
Cuerpos minerales.
Hijos del divino
fuego ancestral.
Duros cristales.
Prometiendo culto,
al magma primigenio
que sopló ardiente.
Amamantó con soles
y con manjares calientes
a su prodigioso hijo.
Tus tetas,
en letárgico sueño,
aun regresan del
latiente corazón terráqueo,
y manan su leche
de lavas y basaltos.
Poderosos creadores
del planeta vivo.
Entregan
su abrazador alimento,
que destruye
y que construye.
Modifica y tiembla.
Nos conmueve, ignorantes
de sus maternales
explosiones.
Amores eternos,
entre el fuego y la tierra.
Jorge
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