jueves, 3 de enero de 2013
Hijo de la Cantera
Te fuiste
cuando me distraje
del culto a tu mirada tibia.
Partiste
cuando, desprevenido, quise
empañar espejos de vanidad,
con mi aliento imposible,
en este solitario receso.
Te ocultaste
entre risas de juegos.
Mi deseo coaguló,
mientras, lerdo goteaba
rezumando
hasta la vieja alfombra,
gastada y sucia.
Estabas festejando,
cuando escapaste
de mi amorosa prisión
de algodones de azúcar,
y manzanas al caramelo.
El reloj d péndulo
se detuvo con tu partida.
Grité;
y no sonó mi voz.
Lloré;
y mis lágrimas se coagularon
en mis ojos opacos.
Quise buscarte.
Correr a tu encuentro,
pero, el pedestal y mis piernas
son una sola piedra.
Mis brazos nunca te abrazarán,
pues son mármol
de la misma cantera.
Mi Dios creador
terminó de esculpir.
Dio final a su obra.
Y me cubrió con un lienzo,
que, ni siquiera siento.
Jorge
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