miércoles, 13 de febrero de 2013

La Roca Perdida



De pie.
Ante la antigua
roca de granito gris.
Habiendo escalado
la ladera empinada.
Agitado
tembloroso.
Con dos latas de pintura
a sus pies.
El hombre
mira la piedra.
Piensa la piedra.
Sueña la piedra.
Habla con ella.
La toca.
Saca de su gastada mochila,
más y más latas,
que lo rodean.
Las abre....amorosamente.
Se inclina,
hunde ambas manos
en sendos envases,
y comienza.
Hay una danza febril
de matices y luces.
Las horas agotan el día,
lerdas y ajenas.
Atardece en la alta cima,
del pétreo otero.
El hombre, exhausto,
caídos sus hombros,
mira a su amante,
bailando en la orilla
del bello paisaje marino,
pintado en la roca,
cubriéndola toda.
Se quita la ropa
y corre hasta la playa.
Mientras,
el sol declina en el horizonte.
Llega hasta ella.
Se abrazan;
la besa.
Se salpican y juegan,
entre la espuma 
y la arena.

                  Jorge

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