domingo, 7 de octubre de 2012
El Niño pescador
Quizá sea
que la vieja rambla
tiene secretos íntimos.
El niño que habita
el hombre que soy.
Alma revoltosa,
que solo caña y boya,
y la escamosa,
iridiscente esperanza
pueden redimir.
Tal vez
las inmutables rocas
aun murmuran con las olas
cuentos de corvinas,
así de grandes...
Diosas impías,sirenas
que cantaron su canción,
cuando el botija se perdía
en el cuerpo,
púber doliente,
de deseo nuevo.
La cita con quimeras
y carnada continúa;
la rambla es un paisaje
que cambió de locación.
Ella y el niño pescador,
habitan hoy lugar seguro.
Protegidas reliquias
tesoros de la memoria.
Alimento de la musa
que dicta versos,
susurrando a mis oídos
en voz baja.
Jorge
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