El regreso
Quise llegar a mi
destino,
En mi viejo bote de
remos,
Y, en la fría playa
de canto rodado,
Húmedo y salvaje,
Descargar mi magro
equipaje.
Esperar el ocaso en
un ensueño goloso,
De estatua de carne,
vísceras y huesos.
En la noche, hacer
arder mi bote.
Contemplar las
llamas.
Iluminarme,
desnudarme.
Confiar la noche al
fuego,
Y, el gris amanecer
A las brasas sobrevivientes.
Al rescoldo
insolente,
Que resiste con su
corazón caliente,
La larga agonía escondida entre cenizas.
Deseo urgente de
salvaje comunión
Con la existencia
inmemorial,
Antigua, primigenia.
Comí las amargas
hierbas…
Los resecos cadáveres
de la resaca playera.
Algas viscosas y
cangrejos muertos.
Más tarde, tallaré mi
nombre ( verdadero)
En la corteza de un
viejo mangle.
Me sacudiré la arena,
Me vestiré…y pensaré
en el amor,
La soledad y la
muerte.
A pocas cuadras,
cruzando el parque,
La ciudad sigue
riendo locamente.
Ajena.
Jorge
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