martes, 25 de septiembre de 2012

Demonios de las tres



Me siguieron a
a cierta distancia,
recelosos.
No confiaban.
Los atemorizaba mi terror.
Los monstruos de las tres
de la madrugada.
Habitantes feroces
de esa parte de mi vida
en que mi conciencia dormida
los libera.
Siniestros,con ardientes ojos
de fuego.
Hoy romperían las reglas.
Se acercaban.
Al fin, tembloroso,
pude acariciar su pelaje.
Cruzaron, por un instante,
la frontera onírica.
Salido apenas de mi sopor,
pude verlos
a los pies de mi lecho.
Oblicuas miradas,
erectas orejas.
Los monstruos de las tres
de la madrugada.
Atravesaron sigilosos
los portales del sueño.
La magia duró un instante;
sonó en un aullido
mi nombre,
uno más de la manada.
Miré la esfera luminosa
y, confundido,
me arropé en la cama.
Aun no llegaba el alba.
Eran las tres 
de la madrugada.

                     Jorge

A Hugo Bab Quintela

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