viernes, 28 de septiembre de 2012

Función a las nueve



Escondido;
oculto tras maderas clavadas
y viejos carteles ajados.
Restos olvidados
de la gloria pretérita.
Yace el claustro solitario,
ya baldío y yerto,
como antiguo templo 
abandonado.
Tras las puertas clausuradas
el oscuro antro,
parece respirar pesadamente
el aire mohoso, encerrado.

Jirones de telón apolillado
cuelgan del despojado escenario.
Fósiles crucificados
tras bambalinas rotas,
sucios camarines desiertos.
La platea 
de butacas despellejadas;
agrietados asientos desvencijados,
y en la opresiva soledad
entre mudas sombras,
descansan los recuerdos,
como vacíos panteones.

Esperando eternamente
la función de las nueve,
sueñan fantasmas maquillados,
ensayando dramas y comedias.
Mientras,mas allá
de la taquilla abandonada
suenan ecos de aplausos,
aún presentes en la memoria
del antiguo teatro
abandonado.

                               Jorge

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