viernes, 14 de septiembre de 2012

Vivo



Vivo,
y la inconsistencia
del devenir perpetuo
me llenan de recuerdos y anhelos.
Tus manos me alcanzan, tibias,
en cada vivida imagen;
te traigo de regreso,
pues aún insisto en mi esperanza.
Vivo,
y aún despierta mi deseo febril
cuando abro tus perfumes y,
atrapada en los cristales,
junto a la fragancia,
escapas de tu suerte un instante
y me acaricias y me besas,
hasta desvanecerte en efluvios
de musk y patchouli.
Vivo,
e intento atajos de locura,
senderos tortuosos,ebrios,
que me acerquen a ti.
Vivo,
y reclamas mi atención
desde tus ropas,
que aún habitan el placard;
mortajas de tu recuerdo,
sudarios quietos,coloridos,
yertos fantasmas
de tu cuerpo.
Vivo,
y, al fin he de entregarte
y dejar que vueles libre
hacia los confines de la muerte.
Que allí se refugie
tu inviolable existencia,
más allá del tiempo
y mis deseos carcelarios
de poeta.

                            Jorge

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