Rumores del Zonda
Los caminos del valle alto,
No son tales.
Son sueños alucinados.
Y andar por ellos, soñando,
Es andar perdido
En el mundo del delirio.
Tierra seca…
Silencio y piedra.
Las sienes que laten
Porque el corazón sabe,
Que se desandan senderos,
Pero, a veces, no se llega.
Las metas se difuminan,
Mientras uno mira la cordillera,
Rodeando cardones,
Bordeando pircas.
Y un calor omnipresente,
Que anuncia, advierte…
Avisa.
Visiones lejanas de las viñas.
Milagros de las duras
Labores de amor,
De los hijos de estas tierras.
Altas laderas.
Prodigiosos cerros de colores
Rojos, amarillos, pardos,
Negros, ocres…
De una infinita y mineral paleta.
Y el silencio pugnante,
Reitera la advertencia.
El calor aumenta.
Un viento de fuego,
Levanta la polvareda.
Y el Zonda barre el valle.
Arde y amenaza con secarme,
Como a una momia yerta.
Pero luego de envolverme,
Me susurra sus secretos,
Mientras mi garganta se seca.
Jorge
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