martes, 30 de julio de 2013

Hasta Sentir La Piedra



La noche del camino.
Ya no cuentan pasos ni pausas.
Marchar por el valle cerrado.
Caminar entre peñazcos
que coartan horizontes,
elevan las miradas, murmuran vientos,
arremolinados entre abiertas heridas.
Entre areniscas mudas,
en húmedos granitos.
Entre helechos, habitantes
de grietas musgosas.
Noches oscuras de solitarios senderos.
Andares negados al descanso.
Evocando el llamado primigenio,
que me empujó a esta marcha, 
por resecas huellas
de antiguos ríos perdidos.
Peñones ciclópeos...
Suelos de grava y arena.
Reseca memoria de cauces difuntos.
Caminar hasta sentir la piedra.
Hasta intuir en la oscuridad
las colosales paredes eternas.
Detenerse un instante, con la mente vacía.
Preparada para recibir,
el pétreo maná del recuerdo,
que habita en lo profundo de mi cerebro.
Mi viejo ser reptiliano.
La bestia pura e ignota
que protege, oculta mi vida.
Camino nocturno, de ecos,
de truenos, presagios,de lejanas tormentas....
Y mi andar;
callado paseo mágico.
por el profundo cañón encantado.

                                           Jorge.

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