Geografía Mística
La implacable ola
Golpeó la costa barrancosa
Con su furor de tempestad
Desatado.
Arrancó una enorme masa
Que se despeñó, perdiéndose
Por la brutal fuerza del impacto,
Entre hervideros de espuma y remolinos.
Cuando todo hubo terminado,
Un barranco Marplatense
Se vio mutilado.
Y, con ello, el continente entero,
Se había reducido.
Nadie volvería a asomarse
A ese rincón de la balconada terrosa.
Ningún animal….
Ningún humano.
Las duras plantas ribereñas
Ya no crecerían allí.
Ese preciso lugar fue amputado,
Y el planeta entero
Cambió su geografía,
Por unos metros de costa pedida.
Así todos nosotros,
Multitudes que habitamos La Tierra,
Ajenos a tantas anónimas pérdidas,
Sufrimos la baja de cada ente que parte.
En cada muerte ignorada
Perdemos algo
De nuestra propia existencia.
La precariedad ajusta el universo,
A cada ausencia.
La destrucción transforma.
La materia cambia.
También se trasmutan las almas,
Repitiendo el sortilegio eterno
De la existencia.
Jorge.
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