Al llegar,
la percepción de tu mirada y la mía,
cuando encontramos el camino
que llega a nuestros cuerpos.
Un saludo con un beso...
igualmente distinto.
Con un húmedo contenido
que cuenta la historia que será.
Un rose suave, en la cocina.
Los vellos erizados
de la piel en la piel.
Nuestro idioma gestual,
que el amor habla
sin palabras.
Las ropas tiradas
a los pies de la cama.
El momento que nos funde
en un clímax elevado.
Girando en un vórtice,
hasta la oscuridad y el delirio.
Hasta rozar la muerte,
en la gloria de los sentidos.
El abandono blando de la conciencia.
Finalmente amados, dormidos.
...Aún unidos.
Jorge
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