martes, 17 de diciembre de 2013

Los Hermanos



Los Hermanos


Ladrillo sobre ladrillo.
Cemento, arena y cal.
Dos hermanos construyen
su rudimentario castillo.
Balde por balde.
Chapa madera y clavos.
Sienten como el final
se acerca, raudo,
y apuran la construcción.
Ladrillos y sudor.
Sin ventanas ni puerta.
Sudor y locura…
Sudor y olvido.
Clavan las últimas chapas
en la madrugada del sexto día.
Dejan todo y esperan exhaustos,
con la mirada larga…
hacia donde el sol despunta.
Cuando el amanecer cubre
de indefinido color
el paisaje suburbano,
divisan la silueta
de un hombre cargado
con un pesado bolso.
Se va acercando
 silbando y sonriendo.
Llega y se abrazan.
Entonces, el tercer hermano,
comienza sin demoras su tarea.
Saca del bolso un atado de leña,
un trozo de carne fresca,
y una pesada maza.
Se quita la camisa,
y comienza a derrumbar la construcción,
a puros mazazos.
Solo.
Mientras, sus hermanos observan extasiados.
Abrazados,… con aires de satisfacción.
Al anochecer su trabajo se ha acabado.
Y él  se encuentra exhausto.
Con ampollas en las manos.
Pleno, hartado de poder.
Se une a sus hermanos
que asaron la carne en una fogata.
Así , comen y beben.
Cantan y bailan.
Y, en la madrugada del séptimo día,
deciden su suerte
según el palillo más largo.
Dos, se encaminan al este,
Y uno, al poniente.
Solo.


                          Jorge

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