Solución Final
Entre los nuestros
algo se gesta
desde los primeros tiempos.
Crece y se expande
como una plaga perpetua.
A veces no reconocemos
nuestra zona siniestra,
nuestra parte oculta.
Todo lo vamos cambiando.
Nada detiene nuestros pasos
que hacen temblar la tierra.
Aceleramos intocables procesos,
erigidos en dioses supremos.
Matamos polluelos de dos meses
convertidos en gordos engendros.
Alteramos los vegetales
hasta casi esperarlos crecer
con un plato en nuestras manos.
En cada recodo de la humanidad
se esconde la autodestrucción.
Acechando debilidades ancestrales.
Regando el planeta con sangre.
Colgando del éter futura basura espacial.
Llenando el ambiente de ponzoña.
Sin conciencia, sin razón.
Hoy estamos llegando
a la cúspide del intrínseco mal
que nos carcome como un
parásito social.
Ya no son pollos, ni reses…
o algún vegetal.
Nuestro propio monstruo
exige más.
Más rápido, más cruel, más fatal.
Niños ensayando los juegos de guerra
en un mundo virtual.
Son educados por la misma oculta fuerza
Que pone a otros críos a mano,
fusiles de asalto
que apenas pueden alzar.
Y los empujan a la guerra.
A matar y morir en el mundo real.
Sangre nueva de ignotos mártires letales.
Soldados niños que no conocerán el amor.
No dormirán arropados.
No jugarán.
Jorge
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