sábado, 31 de agosto de 2013
Desentierro
La furia de la tormenta,
desató la lluvia,
torrentosa, arremolinada,
que llenó el cauce
de los mansos arroyos
del poblado isleño...
allá donde el río se hace delta.
Desmadrada el agua
invadió el viejo cementerio,
y barrió la tierra.
A su paso abrió las fosas,
y dejó al descubierto
quebrados féretros deshechos.
Descarnados esqueletos
semidesenterrados,
tras la impiadosa inundación.
Restos de ropa ,
de la última reunión,
de familia, amigos...deudos.
Tórax de sucias costillas,
como jaulas vacías.
Largos huesos de extremidades yertas.
Tibias, fémures, trozos de caderas.
Pequeñas falanges
desperdigadas en la tierra,
exhibiendo uñas grises y mugrientas.
Cráneos con restos
de cuero cabelludo,
aun adheridos al hueso.
Órbitas vacías,
que espían con miradas ciegas,
desde la oscura confirmación de la vida,
a través de tanta muerte esparcida,
por el barrial del camposanto devastado.
La sonrisa dislocada
de una separada mandíbula.
Restos solitarios,
secándose de la aguada,
que los arrancó de sus sepulcros.
Lúgubre paisaje
de mojadas osamentas solitarias.
Abandonadas....aun por las alimañas.
Jorge
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